Mete,
seca y multiplica las reservas. Dicen que los antiguos romanos – y sin duda
los eslavos – apreciaban y aplicaban el secado de alimentos. Y el secado no
es otra cosa que desaguar, quitar todo el agua del producto, lo que protege a
los alimentos del desarrollo de las bacterias nocivas, los hongos y el moho.
Se puede secar la fruta, la verdura, las hierbas, las especias, las semillas,
las nueces, la carne y la pasta. Al secar se conserva el sabor natural, el
olor y las propiedades alimenticias de los productos, lo que facilita su
almacenamiento. ¡Nuestras secadoras de varias capas secarán con aire caliente
todo en absoluto! |
|