...en su camino la virgen le salió al encuentro (cuarta aparición) y le explicó la situación de su tío. A esto respondió la Virgen María: "Oye y ten entendido, hijo mío, el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? No te apene, ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá de ella: está seguro de que ya sanó".
La corona del rosario (o camándula, como se le conoce en algunos países) está formada por 50 cuentas en grupos de 10 (conocidos como «decenas»), con una cuenta más gruesa entre cada decena, o bien una cuenta algo más separada de las de las avemarías. La ristra se cierra en sus extremos, enganchándose éstos simplemente, o a una placa de intersección. La placa suele tener forma triangular o semejante, con el vértice hacia abajo, del que, por lo general (pero no siempre, sobre todo en rosarios antiguos) sale un tramo de comúnmente cinco cuentas (1, 3, 1), siendo algo mayores las extremas, como las de los padrenuestros. De la última sale un enlace del que cuelga un Crucifijo, o una cruz (frecuente en la antigüedad, desde el siglo XVIII hacia atrás). Antiguamente se usaba también una medalla en vez de la Cruz. Estas cinco cuentas pueden simbolizar las cinco llagas de Jesucristo y se utilizan para las oraciones adicionales rezadas antes, o bien después de los misterios.