Una miniguía para entender qué son y cuándo cambiarlos


Filtro: palabra "mágica" para coches. Porque estamos hablando de eliminar lo superfluo y nocivo, en favor de sustancias que, en cambio, son buenas para el vehículo. De hecho los filtros (nos referimos a ellos) ellos protegen todas las partes del motor, actúan como blindaje contra la suciedad, especialmente contra residuos metálicos y partículas diminutas. Hay empresas especializadas en tecnología de filtrado para automóviles, pero el primer paso siempre depende de usted: debe respetar los cupones de mantenimiento y sustituir los filtros periódicamente (indicados en el manual de usuario). Y si notas algún problema extraño (te contamos cuáles a continuación), corre al taller.



1# Filtro de gasolina y diésel. Generalmente, los filtros de gasolina son capaces de filtrar pequeñas impurezas, incluso aquellas que miden una milésima de milímetro. Si "siente" pérdida de potencia del motor, es urgente visitar al mecánico. En cuanto a los filtros diésel, protegen el sistema de inyección y el motor de partículas enemigas como el agua y otros residuos: si están sucios, se producirá una caída de potencia del motor hasta incluso detenerlo.


2# Filtro de aceite. El aceite también contiene impurezas que, gracias al filtro, no deben llegar al motor. En los viajes con paradas y arranques, los filtros de aceite se ponen a prueba, más aún en invierno: los arranques en frío provocan "condensaciones" y un exceso de combustible en la mezcla de combustión, en detrimento de la calidad de la lubricación. Las señales de alerta son una pequeña fuga de aceite, así como un rendimiento reducido.


3# Filtro de aire. Si el aire no se filtra correctamente, la mezcla aire-combustible está mal preparada: el rendimiento del motor disminuirá (lo notarás) y la emisión de sustancias nocivas será mayor (no es fácil estar seguro). La "luz de advertencia" más importante es un arranque difícil del automóvil.


para el interior


Discusión separada para filtros de cabina. Protegen a los que están en el coche de polen, polvo y partículas contaminantes; proteger el sistema de aire acondicionado. En términos generales, es necesario cambiarlos cada 15.000 kilómetros o después de un año, pero aquellos que a menudo viajan en una metrópoli atascada por el tráfico (e inundada de niebla tóxica) se verá obligado a sustituirlos con mayor frecuencia. Cuidado con los filtros de coste ultrabajo, que hacen mal su trabajo. Lo ideal sería un filtro de habitáculo multicapa, con la capa central de microfibras cargadas electrostáticamente, que atrae las partículas pequeñas. Los que respiramos y que corren el riesgo de penetrar profundamente en nuestros pulmones.