Es un arte tradicional estrechamente protegido y hoy en día sólo hay unos pocos exponentes expertos disponibles. El delicado proceso consiste en cortar y grabar formas de mármol manualmente. Para empezar, se graba en la losa de mármol un patrón predefinido, por ejemplo, un diseño floral o un diseño geométrico. Pequeños trozos de mármol de diferentes tonalidades se cortan delicadamente para encajar con precisión en estas ranuras. Estos pequeños trozos luego se deslizan en las ranuras. Además del mármol, también se pueden utilizar muchos otros materiales.
Historia del arte de las incrustaciones
El trabajo de incrustaciones en delicadas piedras preciosas comenzó en los talleres de Florencia, Italia, a finales del siglo XVI. Esto se conocía como PIETRA DURA. (Pietra= Piedra, Dura= Duro) Los italianos habían creado una forma artística clásica y tenían el monopolio sobre ella. A partir de 1630, la pietra dura apareció en pequeños objetos móviles como paneles decorativos, con motivos de pájaros y flores, adecuados para frentes de armarios y tableros de mesa. Algunos de ellos pronto llegaron a los mogoles en forma de regalos.
De todos los emperadores mogoles, Shah Jahan fue el mayor mecenas de la arquitectura en la India. Para él, ninguna cantidad de dinero o tiempo era demasiado para crear una belleza arquitectónica duradera y eterna y, a través de ella, ser recordada para siempre. Es en sus edificios donde uno se siente más obligado a establecer la conexión entre el arte mogol y la pietra dura. El Taj Mahal, los cenotafios del Emperador y su esposa, el piso principal y las barandillas de mármol circundantes se parecen mucho a la forma de pietra dura.
El maestro artesano planifica cuidadosamente un diseño, que se graba ligeramente en la superficie de mármol y luego se marca con un cincel de hierro. Muchas de las herramientas del oficio son básicamente las mismas que utilizaban los mogoles hace cientos de años. Luego decide la combinación de colores en función de los requisitos de la pieza que se está creando. Las piedras y gemas semipreciosas se eligen por expertos para brindar la graduación justa de color y tono para el brillo general del patrón. Se les da forma y se pulen mediante una muela de esmeril. A veces se aplica un tratamiento térmico a determinadas piedras para conseguir un efecto de sombreado.
El esfuerzo que implica elaborar una sola flor muchas veces puede llevar días de trabajo, dependiendo del detalle; no es raro que se diseñen a partir de cientos de trozos de piedra diferentes. Hay muchas variedades de piedras de colores disponibles para su uso en incrustaciones de mármol: malaquita, cornalina, jaspe, nácar, concha de abulón, lapislázuli, agnate, coral, turquesa y ojo de tigre, por nombrar sólo algunas. Las ranuras se rellenan con las formas correspondientes de piedra coloreada y se fijan con una masilla blanca hecha de aceite y cera. Una vez que el diseño está completamente seco, se pule la pieza con una mezcla de arena, agua y papel de lija para darle un acabado liso y brillante.