Degustar Makumasay implica el asomarse al misticismo, lo esotérico, lo etnográfico-cultural y hasta lo típico artesanal, en un solaz narrativo que enrumba su itinerante trayecto por los confines del costumbrismo y lo representativo, impregnados del pensamiento contemporáneo.
Sin obviar lo actual, ni hacer a un lado las fracturas de un conglomerado social en crisis, la lectura va llevándonos de la mano hasta sumergirnos de a poco en los sótanos del asombro, sin que el elemento paranormal logre distraernos, en el debido enfoque a la perspectiva particular de nuestras vivencias y nuestro creer.
Resaltando lo wayuu como marca distintiva en una sociedad que se transforma y fortalece a medida que rebasa los límites de lo común, los autores van trasladándonos a través de un discurrir humanista, amigable, leal y solidario, que acaricia el elemento cosmológico adentrado sin vacilación en el accionar del hombre en su día a día.
Es una historia que concita lo cotidiano con lo esporádico, haciendo del enigma y la ancestral alquimia, punto de encuentro en el marco esquemático de su trama. Una especie de astronave que viaja a través de las entrañas del tiempo, para entregarnos sus reflexiones con amena fantasía realista, donde la simbiosis de la conmiseración y disposición fraternal de ayuda al prójimo, desempeñan un rol protagónico.
Disfrutemos, pues, estas líneas escritas en un lenguaje pulcro, solícito, entretenido, y con la sencillez de un intento narrativo que envuelve la sutil aprehensión de lo pedagógico, lo popular, lo contemporáneo, pensado para ofrecer a una lectoría mixta el conocimiento, costumbrismo y arraigo de nuestro orgullo indígena. Quedan todos invitados a deleitarse con este excelente compendio de seductoras líneas, plenas de buena lectura.
¡Bienvenidos al mundo mágico de Makumasay!