Escultura de mesa Venus de mármol de Botticelli con base de alabastro, altura 18 cm
Detalles de producto:
- Alto 18cm. Disponible en varios tamaños.
Escultura de mármol con base de alabastro pulido.
La perfección estética atemporal de la escultura nos acompaña desde la antigüedad. Si la carne marmórea se modela tras un estudio preciso de formas y rasgos, los espíritus que contiene luchan por emerger de estos extraordinarios recipientes, demasiado bellos para ser verdad.
Ya sean figuras mitológicas, personajes literarios o religiosos, representaciones alegóricas, mujeres de incomparable belleza, siempre son obras que se inspiran en el pasado y miran hacia el futuro.
Escultura atemporal, combina elegancia y modernidad y combina fácilmente con muebles antiguos, maderas oscuras y preciosas, pero también con materiales innovadores, como el vidrio y el hormigón, favorecidos por el concepto moderno de diseño de interiores.
Esta obra expresa mejor las inmensas posibilidades creativas y estructurales de la piedra natural, especialmente cuando es creada por la mano experta de una auténtica artesanía, símbolo de la excelencia de toda nuestra tradición Made in Italy.
El mármol siempre ha ocupado un lugar de honor en la arquitectura y decoración de interiores y exteriores. Material que siempre se ha utilizado en los más variados campos, desde la gran construcción hasta la escultura, pasando por el uso cotidiano y doméstico. Gracias a su durabilidad y versatilidad, los accesorios, objetos decorativos e incluso utensilios fabricados en mármol se vuelven inmortales y dan un toque indiscutible de elegancia a todos los ambientes y muebles, desde los clásicos hasta los modernos.
Venus está representada en plena figura, con la mano derecha apoyada sobre el pecho con un gesto modesto, la mano izquierda sobre el pubis sostiene un mechón de su larguísimo cabello ondeando al viento. La cabeza ligeramente inclinada, la expresión del rostro dulce y gentil. En equilibrio, se coloca en el borde de un caparazón que lo lleva a aterrizar en la isla de Chipre.
Movimiento y quietud conviven en una misma figura: el cabello ondeando actúa como contrapunto al cuerpo escultural y la postura de pie, la delicada concha que se mueve empujada por el viento y las olas se convierte en un sólido soporte bajo sus pies.
Su nacimiento, perdido entre el mito y la historia, la espuma del mar y los lenguajes del arte, no ha dejado de renovar la evolución de simbolismos vinculados a la fertilidad y la espiritualidad, la pureza, la gracia, la belleza, la sensualidad y el amor, convirtiéndolo en un icono. , además de un emblema de las luchas feministas. A través de la exhibición de Venus, se puede transmitir al entorno un encanto de belleza y sensualidad que nunca es vulgar y predecible.