Violín de Luthier JJV  4/4 Tapa: Abeto Fondo/aros: Arce Diapasón/Clavijas/Cordal: Ébano


De la Reparación a la Maestría: Mi Transformación de Músico a Luthier

 

Los años 80 fueron una época vibrante para la música rock y para mi juventud. Mi nombre es Juan Jurado, y mi historia comienza en un modesto local donde solía tocar la guitarra con mis amigos. En aquel entonces, la música era todo para mí, y mi amor por los instrumentos no tardó en manifestarse en una curiosidad por entender cómo funcionaban. Nunca imaginé que esa curiosidad se convertiría en mi pasión y profesión.

 

Todo empezó de manera sencilla. Mis amigos, al saber de mi interés por la mecánica de las guitarras, comenzaron a traerme sus instrumentos para repararlos. Al principio, las reparaciones eran básicas: cambiar cuerdas, ajustar el mástil, quintar, limpiar los trastes. Pero cada vez que desmontaba una guitarra, aprendía algo nuevo. Esa fascinación por los pequeños detalles y el impacto que tenían en el sonido me atrapó completamente.

 

Recuerdo noches enteras en el local, rodeado de herramientas y partes de guitarras, tratando de entender cada aspecto de su construcción. Mi primera gran prueba fue reparar una guitarra muy dañada que me trajo un amigo con el mástil partido. No tenía idea de por dónde empezar, pero con paciencia y mucha investigación, logré devolverle la vida. La satisfacción que sentí en ese momento fue indescriptible, y supe que esto era más que una simple afición.

 

La reputación de mis reparaciones comenzó a crecer en la comunidad local de músicos, abundante en esos años. Me esforzaba por mejorar, asistiendo a cursos especializados y devorando libros sobre luthería. El conocimiento que adquiría lo aplicaba directamente en mi trabajo, y cada guitarra que arreglaba era una nueva lección.

 

Sin embargo, mi verdadera transformación ocurrió cuando descubrí los violines. Estos instrumentos, con su rica historia y complejidad, me fascinaron desde el primer momento. Decidí aprender a fabricarlos, un desafío mucho mayor que reparar guitarras. Me dediqué en cuerpo y alma a entender el arte de la luthería aplicada a los violines. Pasé años perfeccionando mi técnica, seleccionando las mejores maderas y cuidando cada detalle del proceso de construcción.

 

El primer violín que fabriqué fue un logro personal inmenso. La creación de un instrumento desde la noble madera, con mis propias manos, me hizo sentir una conexión profunda con la música y la artesanía. Poco a poco, los músicos empezaron a buscarme, interesados en mis violines y en la calidad del sonido que ofrecían. En la foto un violín “JJ Optimus” terminado en Granja de Torrehermosa.

 

Además de fabricar mis propios violines, me dediqué a la restauración de instrumentos antiguos. Cada violín que restauraba era una pieza de historia, una oportunidad para devolverle la vida a un instrumento que había visto pasar generaciones de músicos. La restauración requería una delicadeza y un respeto profundo por la obra original, y encontré una enorme      satisfacción en esta tarea.

 

Hoy, miro hacia atrás y veo un camino lleno de aprendizaje, esfuerzo y pasión. Mi taller, que una vez fue un simple local, se ha convertido en un lugar de referencia para músicos de toda Europa. No solo he fabricado y restaurado violines, sino que he tenido el privilegio de contribuir al legado musical de muchas personas.

 

Para los jóvenes creativos de hoy, quiero compartir que la pasión y la dedicación pueden llevarte a lugares inesperados y maravillosos. Mi viaje desde la reparación de guitarras hasta convertirme en un maestro luthier no fue sencillo, pero cada momento valió la pena. Si algo he aprendido, es que cuando amas lo que haces y te entregas completamente a ello, no hay límites para lo que puedes lograr.

 

Juan Jurado

La Historia del Mundo en tus Manos