La Mujer Adúltera

by Danilo Tegler

Muchos lectores se estarán preguntando por qué el título de mi libro: "La Mujer Adúltera". ¿Cuál, se preguntarían esos mismos lectores, podría ser la diferencia entre mujeres y hombres adúlteros? ¿La mujer infiel se comporta de manera distinta? ¿La infidelidad femenina puede ser más peligrosa para la relación de pareja? La respuesta es tan amplia como las diferencias entre el desliz de ambos géneros. Hay diferencias físicas, morales, éticas y, sobre todo: ¡sociales!
La infidelidad femenina, al igual que la masculina, es uno de los principales motivos de ruptura en infinidades de parejas, ya que se convierte en una fuente de gran depresión, destrucción, angustia y desconfianza. En la base de ese comportamiento no es extraño encontrar un sentimiento de insatisfacción, pero no siempre es la causa del adulterio. La relación podría haber dejado de complacer a uno de sus miembros y éste intenta colmar esos espacios vacíos fuera de la pareja. Pero los motivos son muchísimos más complejos.
Tanto los hombres como las mujeres infieles podrían estar guiados, en muchos casos, por los mismos motivos y sentimientos. Sin embargo, su jerarquía es completamente distinta. Para las mujeres es fundamental ser tomadas en cuenta, por lo que muchas de las causas frecuentes de infidelidad en las mujeres son los problemas de comunicación en la pareja, seguidos por la falta de amor, la insatisfacción sexual, la atracción hacia otra u otras personas y el deseo de venganza por una infidelidad previa, conocida o imaginaria. En todo caso, al final del camino, "la medicina termina siendo muchísimo peor que la propia enfermedad", lo que pudiera dar inicio a lo que he querido llamar "adulterio crónico". En muchísimos casos, los adúlteros terminan sumidos en el alcoholismo o en las drogas. Al final la destrucción podría llegar a ser total e irreversible para culpables e inocentes.
Por la parte del esposo engañado, la venganza se encuentra entre las prioridades, a raíz del descubrimiento de la traición de su esposa. No existe mejor venganza que dejarla ir libremente; que se lleve a los hijos con ella y que los incluya en una nueva relación. Más que una venganza, podría terminar siendo el castigo ideal terrenal.