Los ramos de lavanda se crean a partir de tallos de lavanda seleccionados y cosechados en su mejor momento de maduración, los cuales se someten a un meticuloso proceso de secado. Este método asegura la preservación de su estética, color y aroma durante un tiempo considerablemente más extenso que el de las flores frescas. Constituyen auténticas cápsulas del tiempo, capturando un fragmento del esplendor natural para embellecer cualquier espacio de tu hogar.
Ramos de Lavanda
Originarios de los vastos campos lavanda en el altiplano de la Alcarria, en la provincia de Guadalajara.
Las posibilidades decorativas son infinitas: colócalos en floreros, mézclalos con otras flores secas para crear composiciones originales, utilízalos como centros de mesa o cuélgalos en alguna estancia para aportar un aire campestre. Para disfrutar de su aroma, sitúa el ramo en un área donde el aire circule libremente, permitiendo que el perfume se disperse de forma natural. A diferencia de las flores frescas, estos ramos no requieren riego, pero es crucial evitar la exposición a la humedad para mantener su belleza inalterada.
Estos ramos no solo decoran, sino que también llenan el ambiente con su fragancia cautivadora, reconocida por sus efectos relajantes y sedantes. Son perfectos para añadir un elemento de tranquilidad a cualquier entorno y constituyen un obsequio excepcional.
Con un mínimo de cuidado, tu ramo de lavanda seca puede perdurar años. Protégelo de la luz directa del sol para prevenir la decoloración, evita la humedad y las altas temperaturas. Aunque no necesitan agua, puedes limpiarlos con aire frío de un secador de pelo o un plumero suave. Trata el ramo con cuidado para evitar que se rompa o deshaga.
Son una opción magnífica para las bodas, aportando un toque de encanto natural y un aroma agradable que enriquecerá la ceremonia. Su durabilidad garantiza que tu ramo de boda pueda conservarse como un recuerdo especial. Pueden ser utilizados en una amplia variedad de formas, desde el ramo de la novia hasta la decoración de las mesas y la recepción.
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Evita la luz solar directa para prevenir la pérdida del color vibrante de las flores.
Mantén los ramos alejados de la humedad; no requieren agua y la humedad puede dañarlos.
Evita colocarlos cerca de fuentes de calor, ya que esto podría secar y desmoronar las flores.
Manéjalos con suavidad; son duraderos pero delicados.
No son comestibles y deben mantenerse fuera del alcance de niños y mascotas, ya que su propósito es estrictamente decorativo.
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