En enero de 1967, en el Los Angeles Memorial Coliseum, Green Bay se enfrentó a los Kansas City Chiefs de la American Football League en lo que entonces se llamaba el Juego de Campeonato Mundial AFL-NFL, más tarde rebautizado como Super Bowl I. Victoria de Green Bay en el Super Bowl I le debía mucho a un héroe inesperado: un receptor de 34 años llamado Max McGee, que había atrapado solo cuatro pases en toda la temporada y se había quedado fuera toda la noche antes del partido.
La carrera épica de los Packers durante la postemporada del 67 fue la prueba final de su grandeza y la de Lombardi.

Una victoria sobre Dallas en el legendario "Ice Bowl" aseguró un tercer título consecutivo de la NFL. Luego, en el último partido de Lombardi con los Packers, aplastaron a Oakland en el Super Bowl II.

En la década de 1990, el coach en jefe Mike Holmgren convirtió al mariscal de campo Brett Favre en un MVP de la NFL que podía ejecutar su ofensiva de la costa oeste de manera espectacular. El trabajo de Holmgren valió la pena en 1996, cuando la ofensiva de Favre empató un récord de victorias de la franquicia y lideró la liga en anotaciones camino al Super Bowl.

El ala defensiva All-Pro Reggie White encabezó una defensa que permitió la menor cantidad de puntos en la NFL ese año. Pero fue el regresador Desmond Howard quien tuvo el mayor impacto contra New England en el Super Bowl XXXI.