La consagración total a Jesús por María tiene dos fines: el primero, es hacer una renovación de los compromisos bautismales; el segundo, es el de obrar siempre por María, con María, en María y para María, a fin de obrar más perfectamente por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo y para Jesucristo. Y es que esta consagración se diferencia de las demás devociones a María, precisamente, porque implica una verdadera vida en unión con nuestra santísima madre; es decir, no basta con las manifestaciones exteriores de Piedad, que son muy buenas y necesarias, sino que nos lleva una vida íntima con María, a que el alma respire a María con el cuerpo respira al aire.

Esta consagración no debe ser tomada a la ligera, es necesario un serio proceso de preparación, para lo cual pide el santo de Montfort Qué se haga a través de 33 lecciones, las cuales están agrupadas en cuatro grandes bloques: el espíritu del mundo, conocimiento de sí mismo, conocimiento de María, conocimiento de Jesucristo.

Esta consagración no es algo nuevo o desconocido en la iglesia, que muchos santos vivieron esta hermosa espiritualidad, y entre ellos podemos destacar la venerable figura de nuestro queridísimo Papa Juan Pablo II: “Totus Tuus (Todo tuyo María).

“La consagración es un arma que Dios conceda quién quiere llevar a la más alta de la sanidad”.

Autor: Equipo Editorial

Tamaño: 17 cms x 24.5 cms

Páginas: 430

Editorial: Madre de Dios