Era un día de playa fantástico, la pandilla jugaba con la arena, imaginando mundos reales, mientras se lamentaban que prontito las vacaciones terminaban y les tocaba regresar a la escuela. De pronto se asomó muy desprevenidamente a la fortaleza un caparazón de caracol con un misterio que solo tú podrás descifrar al leer esta historia.